sábado, 10 de marzo de 2018

LA PALABRA DEL DOMINGO

DOMINGO CUARTO DE CUARESMA. CICLO B.
Jun. 3,14-21

        TODO EMPEZÓ DE NOCHE

El texto del evangelio de este domingo nos presenta a Jesús que recibe de noche a un hombre que anda  buscando, que quiere saber, ha oído y visto como Jesús habla  y se comporta con la gente y eso  despierta en el el deseo de conocerle, de conversar con el, de aclarar las dudas que  hay en su corazón; su nombre, Nicodemo.
Sería bueno que nos leyéramos desde el versículo  1  al 21  para percibir con amplitud  los derroteros que toma esta conversación y lo que Jesús termina diciéndole, que es lo que leemos hoy.
 Nos daremos cuenta de cómo Jesús va directo al grano, sabe que este hombre le busca y busca.

 Jesús pone el dedo en la llaga cuando Nicodemo quiere irse  por las ramas y la habla de la vida interior, de su vida interior , la de Nicodemo  y le invita dejarse llevar por el Espíritu; es así, le dice, como puedes ser un hombre nuevo, es así como podrás despejar las dudas  y las sombras que hay en tu corazón. Nicodemo ofrece resistencia  en un intento de ocultar sus dudas, pero Jesús  insiste  y le pone ante sus ojos la necesidad  de  dejarse  transformar por la fuerza de Dios, para terminar  recordándole la misión del mesías, su misión, que coincide con el deseo del Padre:  que el hombre se salve. Esa es la gran motivación que lleva a Jesús a entregarse y a actuar como actúa y le habla del amor de Dios: " tanto amo Dios al mundo, que entrego a su Hijo único, le dice, para que  no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna".

Nicodemo que andaba en la oscuridad interior es invitado a acercarse a la luz en una doble perspectiva: la luz interior que necesita y que ayudado por  Jesús encuentra y la luz del pleno día , va a visitarle en la noche.
 A partir de ahora  nos encontraremos a Nicodemo  relacionandose con Jesús en dos ocasiones mas: ante sus  compañeros  ( Sanedrín) que buscan condenar al nazareno y el pide para Jesús un juicio justo, al amanecer del viernes y luego, a pleno día,  cuando ayuda a José de Arimatea a bajar a Jesús de la cruz.
El encuentro primero con Jesús lo va transformando y le lleva a vivir desde la libertad la experiencia que esta teniendo de Dios y  que  le va haciendo un hombre nuevo, que le ayuda a supera el miedo de manifestar su amistad con el Maestro, el que dirán, el que le señalen.
El encuentro de Jesús con Nicodemo y el proceso de este en el camino de la luz, de la fe que no se oculta, nos debe ayudar a pensar...
 De entrada, necesitamos aprender  con y desde Jesús , a ir al grano cuando un hermano se acerca queriendo saber, cuando viene buscando. Necesitamos estar atentos para saber acoger, ayudar,  proponer y hablarle del amor de Dios.
 El proceso de Nicodemo es hermoso pues  pasa de la noche, amparándose en las sombras, al alba ( Sanedrín) y llega a la plena luz del día ( bajada de la cruz), las tres de la tarde.
Ya no tiene miedo, ni prejuicios humanos; ya no le importa nada lo que piensen o digan de el y no tiene reparos en mostrarse en pleno día como amigo del Nazareno... Y...todo empezó de noche.
¡¡Feliz día del Señor!! 




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