sábado, 17 de febrero de 2018

Al alcalde de la ciudad

14.02.2018 | 02:25






Como ciudadano de esta ciudad me dirijo a usted que regenta la alcaldía de Las Palmas de Gran Canaria con el sincero deseo de ayudarle en la gestión de su gobierno.
No entiendo bien si usted representa a toda la población de esta hermosa ciudad o a una parte de ella. Tengo esa duda, me inclino a que sólo una parte, pues usted no puede ampararse en la libertad de expresión para hacer de la gala Drag Queen una ofensa a las creencias religiosas de una parte importante de las personas que viven en esta urbe que nos consideramos cristianos católicos.
Imagino que usted, señor Hidalgo, quiera decirme que la organización del Carnaval y concretamente la de la gala Drag no es una gestión directa suya. Es cierto, pero usted sabe a quién pone y si no lo sabe quizá deba estudiar la posibilidad de buscar personas más competentes con más creatividad.
El hecho de sacar a escena representaciones religiosas es la manifestación de una pobreza de sus creadores artísticos. De hecho, no indica ni mucha imaginación, ni respeto a la libertad religiosa, ni es cauce de la libertad de expresión. Su libertad, alcalde, tiene su límite cuando usted no respeta mis creencias y las de los católicos de esta población. Ignoro su posicionamiento religioso a nivel personal, pero lo respeto sean cuales sean sus creencias o neutralidades en este tema.
Por eso, desde el respeto tan importante para una armoniosa convivencia, no todo vale, señor alcalde, y me duele que en su deseo de hacer bien las cosas haya vuelto a caer en repetir este mismo error de nuevo. Es verdad que el ser humano cae dos veces en la misma piedra, le compadezco pues todos somos humanos. Si esto ha sido de modo inconsciente le apelo a una mayor sensatez y si acaso esta inoportuna decisión es consciente le llamo a decisiones más equilibradas, propias de quien regenta el consistorio de esta ciudad.
Me pongo en la piel de muchos hombres y mujeres de esta ciudad, con rostro concreto, con nombres y apellidos, con su propia historia personal a los que se les objetan mil dificultades para acceder a ayudas sociales. No quiero oír que no hay dinero para dar respuestas a su delicada situación familiar cuando se invierte alegremente dinero público que todos pagamos para este tipo de eventos y esta clase de representaciones.
Por mi parte, mi boicot personal al que ya se unen más ciudadanos a todas las empresas patrocinadoras de esta gala Drag Queen. No voy a consumir sus productos.
Espero, señor alcalde, que esta carta le haya facilitado una mejor y mayor reflexión sobre su responsabilidad en todo lo expuesto. Equivocarse es de humanos, rectificar es de sabios. Le animo a que pida perdón públicamente pues eso le beneficiará en la buena imagen que usted desea comunicar. Si no es capaz, sean cuales sean sus motivos, entonces no sé si usted es la persona ideal para la responsabilidad que conlleva su cargo.
Mis mejores deseos en sus futuras decisiones y mi agradecimiento por haber leído con atención esta carta de este ciudadano de Las Palmas de Gran Canaria.
Julio Roldán. Sacerdote y periodista.

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