sábado, 6 de enero de 2018

SEIS DE ENERO: LA EPIFANÍA DEL SEÑOR.

HEMOS VISTO SALIR SU ESTRELLA Y VENIMOS A ADORARLO.
   Conocida como la fiesta de los Reyes Magos, celebramos hoy la manifestación de Jesús a los pueblos gentiles. Fue este un problema que vivió la primera iglesia y al que Mateo, en su  evangelio, intenta dar solución  transmitiéndonos este relato de los Magos de Oriente que siguiendo la estrella buscan al rey de Israel que según las escrituras había nacido.

 Hay en este relato algo que a mi me resulta interesante y es el deseo de estos hombres, que no son del pueblo de la alianza, son gentiles,  de saber del  Mesías, de encontrarlo.
 Es, creo, una llamada de atención para  la iglesia de aquellos momentos  en que  Mateo  consigna este hecho y también para nosotros hoy, que andamos  preocupados y ocupados  con el tema de la misión. Es una llamada  a la esperanza y a la acogida  de todo el que busca a Dios con corazón sincero, sea de donde sea y venga de donde venga.
Si Dios se manifiesta a  los hombres y  despierta en ellos, desde la  realidad concreta de sus vidas, el deseo de conocerle  ¿ quienes somos nosotros para negar  y obstaculizar ese encuentro? No podemos actuar como actuó Herodes que aunque en cierto modo  y de mala gana, facilito el camino,  también sabemos que no andaba con buenas y claras intenciones. Se asustó, se nos dice, y con el toda Jerusalén, y todo porque alguien pregunta, porque alguien quiere reconocer  y  saber  de Jesús; en el hondón de ese miedo está  la intranquilidad de  ver mermados  poder y autoridad... Es el miedo del hombre que no quiere que Dios entre en su vida, no lo niega, pero  prefiere tenerlo apartado.

La Epifanía del Señor no solo es para los gentiles, también lo es para nosotros... ¿Acaso no se nos llena la boca diciendo que Dios nos muestra el camino aunque muchas veces nuestra realidad anda por otros derroteros ? y lo hace de la misma forma que lo hizo con estos hombres, desde la Palabra y desde las cosas que manejamos. Así que, hemos de estar al tanto, porque Dios sigue actuando y su deseo es que todos los hombre de la tierra le encuentren...
Cuidado con nuestro afán de poder, de mando, con nuestras poltronas y seguridades, que no dejan de ser falsas y ojo a la misericordia de Dios manifestada en el que se acerca, que en el fondo  redunda en provecho nuestro al recordarnos que, si somos es porque el nos  ha puesto ahí y no para mandar y disponer a nuestro antojo, sino para servir, acompañar y facilitar  el camino, la vida de los hombres, el encuentro que cambiará sus vidas.

¡¡Feliz fiesta de los Reyes Magos!!

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