sábado, 9 de diciembre de 2017

¿ UNA NAVIDAD SIN JESÚS ?

En estas fechas en que estamos atareados,de una forma u otra, preparando y haciendo cosas para que  todo este apunto a la hora de celebrar las fiestas que se avecinan, cada uno desde su mundo, sus deseos y posibilidades, desde la responsabilidad  que  tiene...

 Yo me encuentro con un peligro, no se si a ustedes que me leen les pasa igual, y es que, así lo veo yo, con  tanta preocupación corremos el riesgo de olvidarnos de qué es lo que celebramos y eso, los cristianos, no podemos ni debemos aceptar. Celebramos la gran alegría del nacimiento de Nuestro Redentor. Bien, vale, pero esto hay que interiorizarlo, que no se nos escape, que no sea anulado, por  viajes,  comidas,  encuentros, regalos, que están muy bien, que es bueno que todo sea así, pero sin desfigurar qué es lo que lo motiva;  creo que se trata de saber dar el toque de lo que la Navidad es y debe significar, para nosotros, que  confesamos a Jesús como el Señor.

 No es solo cuestión de poner el Belén en casa o de visitarlo en la ciudad donde vivimos, no solo es cuestión de  desearnos lo mejor, ni, en definitiva,  hacer fiesta y dejarnos llevar por los buenos sentimientos que, en estos días, casi por contagio,  habitan en nosotros. Es cuestión de pararnos a pensar  qué es lo que celebramos, qué es lo que motiva tanto jolgorio y alegría; mas...  invito a que nos paremos a pensar  en donde es el origen de la fiesta.
Esto  pude ser una buena terapia que nos ayudará a no sentirnos defraudados una vez que pasen estos días y nos demos cuenta y experimentemos,  que nuestras manos y nuestro corazón están vacíos, siguen vacíos, como antes de las fiestas... Para que  esto no suceda propongo que hagamos el pequeño esfuerzo de sacar a flote el verdadero sentido de la Navidad.
 Pienso que los cristianos no podemos dejar que nos sigan robando fiesta tan importante, bien por abandono, por desidia  y mucho menos por  mimetismo ante una sociedad consumista que lo menos que le importa son nuestros sentimientos, lo que  le importa es el dinero, que gastemos comprando  cosas que, un muchos de los casos, ni nos hacen falta.
No olvidemos que lo que celebramos  es el nacimiento de un niño que nace pobre, como siguen naciendo hoy tantos niños en el mundo, un niño apátrida, sin casa, sin nada que llevarse a la boca y perseguido...como siguen naciendo hoy tantos niños en el mundo. Celebramos la fiesta de un niño que con su pobreza nos trae la gran riqueza del sentido de nuestra existencia, que no se haya en el tener, sino en el interior, en el ser .  ¿ Tanto nos cuesta entender esto para plantarnos y decir no a tanta insinuación materialista que en estos días torpedea nuestros sentimientos  ? 


José Rodríguez . Sacerdote.

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