sábado, 9 de diciembre de 2017

SOBRE LA NUEVA EVANGELIZACIÓN

Con el título de " La Iglesia Diocesana y la nueva evangelización" se publica en la pagina de nuestra diócesis un articulo de Mons. Rino Fischella del que entre sacamos  lo que sigue. Si desea leer el articulo entero, cosa que recomendamos,  lo encontrará, como hemos dicho, en la página de nuestra Diócesis a la que puede acceder desde nuestro blog.



"Uno de los aspectos cualificantes de la nueva evangelización es el esfuerzo por la unificación de la vida cristiana. Hijos de su tiempo, también los cristianos están sometidos –frecuentemente de manera inconciente- a presiones culturales de marcado relativismo, con la consecuencia de separar la unidad entre profesión de fe y la vida del discipulado. Diversas expresiones del lenguaje común muestra con evidencia esta tendencia negativa que lentamente, pero de manera inexorable, lleva primero a la crisis de fe, después a la indiferencia y finalmente al ateísmo. “Creyente pero no practicante”, es probablemente la expresión emblemática de esta visión de la fe que especialemente hoy cosecha víctimas entre las Iglesias de antigua tradición. La fragmentariedad que estamos llamados a confrontar, es un desafío no común, que no ha sido comprendido en todo su alcance cultural y en las consecuencias que se derivan. Frecuentemente, ella lleva a ver la vida personal como algo separado y orientado hacia mundos y ambientes diferentes y múltiples que debilitan el camino del seguimiento. Esta visión fragmentaria ha entrado incluso en la vida de los creyentes y en la praxis pastoral. Se la nota sobre todo, en la multiplicación de experiencias e iniciativas que se suceden velozmente sin incidir en profundidad en la vida de la comunidad y de las personas. Dificilmente están relacionadas entre sí y crean situaciones, si no de confusión, ciertamente de desorientación. Así, podemos satisfacernos con el esporádico resultado del fragmento inmediato, sin apuntar a un proyecto unitario que sepa conjugar el encuentro con Jesucristo y su Iglesia, con una existencia creyente que madura progresivamente en el esfuerzo del testimonio cotidiano. Un dato importante en este momento, entonces, debería ser la superación de la fragmentariedad. Es necesario ir más allá del primado del fragmento que opera de manera destructiva, impidiendo una visión de conjunto y de unidad del saber mismo. La superación de la fragmentariedad no necesariamente equivale a la uniformidad en la acción pastoral. También esto sería un exceso a evitar, porque comprometería y humillaría la riqueza de nuestra tradición. Lo que necesitamos, más que nada, es el redescubrimiento y actuación de una unidad fundamental en la acción pastoral que sepa conjugarse con la complementariedad de las tradiciones culturales y eclesiales que tenemos. Una tarea necesaria, urgente e impostergable. Esto es posible porque la Iglesia ya vive de este fundamento que se resume en su proclamación de fe, en la acción litúrgica y en el testimonio de la caridad. La unidad de estos momentos permite captar la unidad de la fe que se expresa en el anuncio, en la vida sacramental y en el seguimiento. Crear un desequilibrio entre estos momentos compromete la visión de la fe y su concretización."

No hay comentarios:

Publicar un comentario