viernes, 29 de diciembre de 2017

¡¡FELIZ NAVIDAD!!



Como el que no quiere la cosa el año se nos va de las manos entre fiestas y preocupaciones por preparar cotillones, comidas especiales con la familia o los amigos, por pasarlo lo mejor posible o por comprar los regalos que el día  de la Epifanía del Señor - Los Reyes Magos - hemos de hacer,  casi por prescripción facultativa, a nuestro seres queridos o menos; aunque   algunos ya los han adelantado en la fiesta del 25, la Natividad del Señor. ( perdón por la ironía) Por cierto  ¿ Se han dado cuenta de que  ya no decimos ¡¡Feliz Noche Buena!! , o ¡¡Feliz Navidad!! , sino ¡felicidades! a secas, o ¡felices fiestas! ?    No se si por ahorro de palabra  o porque  poco a poco  y cada vez mas, casi sin darnos cuenta, vamos escorando estas fiestas netamente cristianas, hacia el terreno de lo secular.
 Es verdad que los que no son ni se confiesan cristianos, les asiste su derecho de denominarlas o vivirlas como quieran, pero a los que  lo somos,  sí que debería llamarnos la atención y no andar ahorrando palabra ni escondiendo el origen y la razón de la alegría que las justifica: El nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo para nuestra salvación.
Decir ¡ Feliz noche Buena! o ¡Feliz Navidad!  lleva en su germen el origen de la alegría de saber   que  celebramos un nacimiento en la noche, por eso es buena, en la noche digo, de nuestra vida; la razón de desearnos el parabién es esa:

 el nacimiento de Jesús que de forma gratuita nos ofrece la novedad de poder encontrarnos con nuestro interior, en lo mas intimo y descubrir que hay, que existe, la posibilidad de ser mejores. Esta posibilidad no es una quimera, sino una realidad   por la que hemos de luchar enfrascado en el devenir de los días... Solo así tienen sentido estas fiestas, solo desde ahí podremos llegar a su conclusión con alegría, esperanza, gozo, paz, satisfechos y plenos de haber celebrado un año mas, con perspectivas de futuro, lo que somos y lo que  estamos llamados a ser por, en y desde Cristo Jesús. Por ahí anda el camino de la felicidad que muchas veces intentamos encontrar en las cosas que no nos la pueden dan  porque no la tienen, porque en ellas no se completa el corazón del hombre.
José Rodríguez Díaz. Párroco  


No hay comentarios:

Publicar un comentario