sábado, 9 de septiembre de 2017

LA PALABRA DEL DOMINGO

DOMINGO  VIGÉSIMO TERCERO DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO A.
Mt.18,15-20

 LO QUE NO PODEMOS OLVIDAR

En esta ocasión Jesús habla a los discípulos de algo que,  sin duda, le preocupa, se trata de las relaciones entre ellos, de la vida de la comunidad hacia dentro. En el texto se tocan tres temas que tiene que ver entre sí: 1.- La corrección fraterna,2.- El tema de desatar o no, del que  ya le habló a Pedro y 3.- La oración comunitaria.
Como digo , tienen que ver entre sí porque tienen que ver con lo que es la vida de fe compartida.
 Indudablemente parece que el mas peliagudo es el tema de la corrección fraterna que Jesús aconseja como un deber y que no se debe llevar a cabo con aspereza ni  desde un ordeno y mando, sino como una obra de caridad, llena de cuidado y respeto. No es cuestión de que nadie se sienta por encima o mejor que nadie, ni de humillar, ni de ignorar, sino de corregir con  talante evangélico y todo ello, aquí nos encontramos con el segundo tema, al saber que nuestra corrección fraterna seguro que ayuda al hermano a sentirse mas libre,  e inclusive amado y cuidado. Hemos de procurar que todo  ello se lleve a cabo con dignidad y no se rompa la comunión  de la fe . Jesús nos dice que para alcanzar esto se requiere el consorcio de la oración al Padre.
  Sabemos que no  somos  parte de un grupo u asociación al uso que se rige por normas  mas o menos estrictas,  nuestra norma  es la del amor como Jesús nos ha dicho.

Sucede que esto  no lo tenemos claro en muchas ocasiones y que, por otro lado, el amor propio, cuando somos corregidos, nos hace malas pasadas. Lo importantes es  caminar e ir descubriendo  desde la oración  comunitaria quien es el que nos llama, para que nos llama y como estamos adecuando nuestro comportamiento a la  misión que  ha sido puesta en nuestras manos. Se trata de aprender a saber apreciar la riqueza de la diferencia y de la humildad de descubrir que no solo yo se hacer bien las cosas, sino que hay  algo que se me escapa y que el otro hace de mil maravillas.

¡¡FELIZ DÍA DEL SEÑOR!!

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