sábado, 26 de agosto de 2017

¡¡MI SEÑOR, NO ES TIEMPO DE ABANDONOS!!




Hace unos días  tuve la ocasión de ver en  Tve. la película: " Don Quijote cabalga de nuevo" y he de reconocer que me  hizo reflexionar, quizá porque no esperaba  de ella mas que un entretenimiento  que podía resultarme hasta aburrido; pues no,  resulto que la película me hizo reflexionar y bastante, hasta el extremo de llevarme a  escribir estas lineas que comparto con ustedes. Aparte, dirección, actores, estreno, donde fue rodada ,etc, eso no viene a cuento, lo que me enganchó  fue la fidelidad que muestra el escudero Sancho a su señor D. Quijote, hasta el último momento y como,  cuando este ya se vuelve a su pueblo derrotado y sin ilusiones, dejando por el camino las armas que había  usado en su peculiar batalla de defender  el honor de los pobres y la justicia, su fiel Sancho deja todo el bienestar que se le había  concedido en la ínsula de Barataria  al enterarse de la desgracia de su amo y corre en su busca hasta que le encuentra  y, primero  a lo lejos y luego cada vez mas cerca, lo insta a volver a su mundo ideal de solidaridad, porque las desgracias que hay saobre la tierra, el sufrimiento de hombres y mujeres, siguen esperando que alguien les defienda, le dice.
 Consigue el amigo Sancho devolver una ilusión que había sido derrotada, que su amo se  pertreche con las armas que  había ido dejando por el camino y que reemprenda el  sendero de la aventura de enderezar entuertos. La película termina  con una escena muy hermosa  en la que don Quijote montado en su rocín  es seguido por Sancho, su fiel escudero, a lomos de mula. Caminan por un largo sendero que se pierde en el horizonte y mientras, el sol despierta el alba de un nuevo día.
     Fidelidad, lucha , trabajo, vencimiento, ideales, esfuerzo, entrega ,injusticias, cárceles y condenas,  desprecio, pobreza, sencillez, transparencia... a todos eso y a mas, nos lleva la locura de querer enderezar entuertos y, compartiendo tantos abatares, un fiel servidor, analfabeto, pero  sabio, con la sabiduría aprendida en el trabajo y en la vida.
 Don Quijote no es solo Don Quijote, es también Sancho y al revés, ambos comparten  ideales y penurias en una misma  lucha contra  la injusticia y el mal que  a los hombres y mujeres hacen sufrir. Esto les hace grandes y mas cuando la batalla se libra  ante la mirada ciega  de los que tienen gran parte de la solución de tanto problema en sus manos y pretenden llevar a nuestro amigo a una casa de locos dejando al fiel escudero sin su amo.
 José Rodríguez Díaz

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