sábado, 17 de junio de 2017

LA PALABRA DEL DOMINGO

SOLEMNIDAD DEL SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO. CICLO A.
Jun. 6,51-59.

"QUIEN COMA DE ESTE PAN VIVIRÁ PARA SIEMPRE"
Cada vez que esta fiesta llega a nuestro calendario litúrgico -  festivo,  me transporta, como por arte de magia, a mi pasado, a  cuando ya iba siendo hombrecito y  acudíamos a la celebración  eucarística de la parroquia y , como no, a la procesión. Era algo muy especial. Por entonces  no entendía casi nada, pero si percibía que en todo lo que se organizaba y se hacia, había algo grande que  traspasaba la realidad, pero que al mismo tiempo se sustentaba en ella.
                                                                                 Con el paso del tiempo ya voy entendiendo algomas, no es que lo comprenda del todo, pero si que es verdad que me sigo admirando y me sigue transportando, a algo que mes trasciende  y en ciento modo, me anega, me sobrepasa. Eso de que Jesús, Dios y Hombre verdadero, se  manifieste, se de, y se esconda - quizá no sea la palabra correcta eso de que "se esconda" - en algo tan sencillo y al alcance de  casi todos, como es el pan, nuestro alimento cotidiano y que , a su vez, ese alimento  sea alimento para la vida eterna, como  el mismo nos dice, no deja de ser algo fantástico, en el buen sentido de la palabra. Un milagro maravilloso. Es el misterio puesto a nuestro alcance,ante nuestros ojos, para ser contemplado.
 Este misterio - realidad tiene, posee, algo mas y es que en el fondo hay una invitación a hacer el bien, ha hacernos alimento para los demás como Jesús, nuestro Maestro y Señor, hace con los suyos. El se ofrece a todos los hombres y mujeres de buena voluntad  que están, estamos, empeñados en seguirlo y vivir desde el amor que se entrega, que se dona y que se transforma en vida aquí en la tierra. Nos  abre las puertas del corazón al Dios Trinitario que nos llama y nos ofrece compartir con El y de forma definitiva, una vida nueva que ya ha comenzado y que está llamada a plenitud cuando nos desembracemos de nuestras limitaciones espacio temporales.  Antes hay que  andar por caminos de encuentro y no de desencuentro, por caminos de familia y de hermandad, creando espacios de afectos compartidos que sean efectivos y pongan al hombre en pie, con dignidad y respeto y no por el rompimiento, que conducen a la ignorancia del otro, al odio, a la guerra.
La presencia real de Jesús es la Eucaristía es una de las formas mas sublimes  de cumplir con aquella promesa de " Estaré todos los días con ustedes hasta el final de los tiempos " Digo una  porque también lo encontramos  en otras realidades como por ejemplo, cuando nos dice aquello de: cada vez que hagan algo a uno de estos mis hermanos , a mi me lo hacen.
 En definitiva, una fiesta para gozar contemplando y contemplando, actuar.
 
Una fiesta para permanecer y al mismo tiempo, ponerse en camino. Una fiesta para aprender cercanía, perdón e instalarse en el amor. Una fiesta para estar en salida , como nos diría el Papa Francisco y al mismo tiempo oler a  hermanos, a oveja, porque somos del rebaño  y también lo cuidamos y preocupamos de su alimento. Eso es lo que Jesús hace con nosotros  y  a lo que se nos invita. Eso es compartir la vida eterna.
¡¡Feliz día del Cuerpo y la Sangre de Cristo!!  

No hay comentarios:

Publicar un comentario