sábado, 5 de marzo de 2016

LA PALABRA DEL DOMINGO

DOMINGO CUARTO DE CUARESMA.
 CICLO C.
Luc. 15,1-3.11-32

 EL TESORO DE NUESTRA MISERICORDIA

En este domingo cuarto de cuaresma se pone en nuestra manos la parábola del "hijo prodigo" para que reflexionemos cuales son nuestra actitudes y posiciones desde la fe-vida, con respecto a los hermanos y a Dios-Padre.


 La parábola viene motivada por las murmuraciones  que los fariseos y los letrados  hacían entre ellos con respecto al comportamiento de Jesús con los pecadores: se sienta a comer con ellos sin ningún reparo.

La enseñanza es demoledora, va directa a las actitudes que revelan un corazón endurecido que piensa que Dios no debe perdonar ni acoger a los pecadores.
  Los fariseos y los letrados se sienten dueños de Dios y  ponen límites a su misericordia. Dueños del perdón y del amor y niegan  esta posibilidad a Dios. No aceptan que el otro, el pecador, pueda cambiar. No aceptan que Dios perdone. Se niegan a compartir lo que no es de ellos y que  se les ha dado para que lo administren.
   Así las cosas, podemos mirarnos a nosotros mismos pues, como siempre, las parábolas no sólo son para aquellos a quienes se les dice en su momento, sino que tienen una dinámica interna que les da validez  mas allá del instante  en que se pronuncian.
Viendo los personajes que le dan vida hemos de preguntarnos donde estamos nosotros, que es lo que predomina en nuestra actitudes o decisiones.
 En todos y cada uno,  hay algo de misericordia, de arrepentimiento, de egoísmo excluyente...
¿Cual es nuestro deseo y donde está nuestro corazón con respecto a la enseñanza del Maestro ?
Este es un trabajo personal que hemos de llevar a cabo en intima relación con Dios y con  el prójimo. Es ahí donde se va retratando nuestro ser entero, nuestro corazón, nuestros sentimientos, actitudes, lo que somos... 


    Sólo sabiendo donde estamos podremos avanzar. Así que, fuera miedos que impidan que nuestra opción por Jesús, nuestro ser cristianos, sea  cada vez mas auténtica, realista y constructiva.
 Las obras de misericordia para esta semana nos llevan por este camino: 
Sufrir con paciencia las flaquezas del prójimo. Esto nos ayudará a crecer en el amor y en la misericordia. No debemos desanimarnos cuando descubrimos que no somos ni maravillosos, ni perfectos. Hay algo positivo: estamos en camino.
La convivencia lleva a la alegría y enriquecimiento mutuo. También, siendo realistas, es fatigosa y nos llama  al vencimiento  y vaciamiento propio. Con la ayuda del Señor lo podemos conseguir.
Dar posada al peregrino. No es fácil abrir la puerta de casa a todo el que toca en ella y cada vez nos atrincheramos mas. Son muchos los que llaman: refugiados, emigrantes, mendigos,transeúntes...Toda una herida abierta que requiere no solo respuestas  personales, sino también estructurales.
Redimir al cautivo. La esclavitud existe, la de siempre y las nuevas esclavitudes de ahora y aunque pensemos que no podemos hacer nada para liberar a los que  están en la cárcel,  si que podemos trabajar para que  no entre el que no debe y se recupere el que está. La cárcel nunca puede ser una forma de venganza social.
¡¡Feliz día del Señor!!


 


 

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