sábado, 27 de febrero de 2016

P. Aziz Halaweh, sacerdote palestino: “En la Tierra de Jesús los cristianos han de llevar su cruz, pero los más ricos abandonan el país”

25 de febrero de 2015.- (Eukmamie / Camino Católico) El P. Aziz Halaweh pertenece al Patriarcado Latino de Jerusalén en Palestina. Actualmente reside en Roma, donde realiza estudios superiores, después de veinte años de difícil labor pastoral en la Diócesis de Jerusalén.
De su mano nos adentramos en el drama en el que viven nuestros hermanos cristianos en la tierra del Salvador, especialmente tras el establecimiento del Estado de Israel en el año 1948. Esa fecha, en palabras del P. Aziz, fue el comienzo del drama de los pobladores de Palestina, que fueron expulsados de su patria por judíos que venían de Europa. Los judíos arrebataron las tierras y las casas de cientos de miles de palestinos, después de atemorizarles repetidamente con sucesivos genocidios”.Desde entonces, el éxodo de los cristianos ha sido constante, hasta el punto de que, en Palestina, quedan sólo ciento setenta mil cristianos palestinos, aproximadamente el 1,2 % de la población, una pequeña minoría dentro de una gran mayoría de judíos y musulmanes.
Su testimonio contiene expresiones tan desconsoladas como estas: “Es muy triste ver la tierra de Jesús sin cristianos, seguidores suyos. Es muy triste pensar en los lugares santos convertidos en  un montón de piedras antiguas, como museos. La Iglesia en Tierra Santa está cada vez más vacía, cada vez más débil. Es realmente muy triste”.
El P. Aziz aclara: Sufrimos como palestinos a causa de esta ocupación, no como cristianos, sino como palestinos. Pero tenemos certeza también de que el Israel judío no quiere a los cristianos en Tierra Santa, especialmente en Jerusalén. Yo como sacerdote, tengo denegada la entrada en Jerusalén. No tenemos libertad religiosa en nuestra patria a causa de la ocupación”.
El denominado «Muro de Cisjordania» tiene también su lugar en el relato del sacerdote, y sus repercusiones en la vida diaria de los cristianos. Explica también las dificultades que los cristianos palestinos tienen para visitar los Santos Lugares: “Necesitamos un permiso especial y es muy complicado conseguirlo”. Y aún cuando consiguen los permisos, las autoridades militares no les permiten moverse con facilidad dentro de Jerusalén, donde deben atravesar numerosos controles policiales, pudiendo tardar tres o cuatro horas hasta que llegan a acceder a la Basílica que custodia el Santo Sepulcro, o teniendo, en numerosas ocasiones, que regresar a sus casas sin haber podido venerar los Santos Lugares.
El P. Aziz define la vida y la situación de los cristianos palestinos como miserable”, a pesar de lo cual dice: “Mantenemos la esperanza, porque esta tierra es realmente hermosa. El esplendor de Cristo todavía brilla sobre ella”. Y agradece el enorme bien que hace a los cristianos palestinos el poder contar con el apoyo de los peregrinos cristianos, procedentes de todas partes del mundo: “Nuestro espíritu se ve fortalecido cuando vemos a todos esos valientes peregrinos, que aman la tierra de Jesús, que aman a Jesús, que vienen a visitar sus raíces de fe en esta tierra. Eso nos da mucha fortaleza”.Y recuerda que los cristianos no pueden “rechazar la cruz de Cristo”,porque “a ningún cristiano Jesús le ha prometido una vida rica, próspera, sino que debemos aceptar su cruz. Y esto especialmente en su Tierra, la Tierra de la Cruz”.En el vídeo que ofrecemos el P. Aziz da su testimonio en la serie de HM Televisión "Tras las huellas del Nazareno" y el texto completo de la transcripción de la entrevista es el siguiente:
Padre Aziz:Yo soy padre Aziz Halaweh del Patriarcado Latino de Jerusalén en Palestina. Estoy aquí en Roma para estudiar después de 20 años de labor pastoral en la Diócesis de Jerusalén.
- ¿Cómo se decidió  a ser sacerdote?
Padre Aziz: Cuando era pequeño y vivía en una pequeña aldea cerca de Ramala, me visitó un sacerdote, me encantó su vida y sus misiones. Le pregunté cómo podía ser como él. Él mandó un sacerdote del seminario en Belén, me propusieron como candidato para entrar en el seminario y muy fácilmente entré allí. Después de diez años fui ordenado sacerdote.
- ¿Qué estudios realizó?
Padre Aziz: En el seminario de Belén me gradué en filosofía y teología. En Beit Jala, en Belén.
- ¿Cuál  es la situación actual en la cual se encuentran los palestinos en general y qué causó esta situación?
Padre Aziz: Nuestro drama es una historia larga, que se prolonga en siglos de historia. Voy a contar simplemente la última etapa de esta historia, la más cercana, cuando se estableció Israel en el año 1948. Fue el comienzo del drama de los pobladores de Palestina, que fueron expulsados de su patria por judíos que venían de Europa. Los judíos arrebataron las tierras y las casas de cientos de miles de palestinos, después de atemorizarles repetidamente con sucesivos genocidios que tuvieron lugar en las costas de Palestina, en Haifa, en Galilea y en toda Palestina. Después hubo guerras: la guerra de 1967 y otras guerras, hasta que nos adaptamos a esta situación por la que los palestinos se convirtieron en una minoría en Palestina.
Vinieron muchos judíos de Europa, de Estados Unidos y de Rusia para vivir en Palestina porque ellos piensan que es la patria de Israel, basándose en las profecías y en la historia contada en el Antiguo Testamento. En la actualidad, la situación de los palestinos es dramática, porque cientos de miles de palestinos viven como refugiados en los países árabes de los alrededores, pero también en otros países, en la diáspora, especialmente en los Estados Unidos y en Hispanoamérica. Son más de nueve millones de palestinos los que viven en la diáspora. Alrededor de cuatro millones viven como refugiados en los países árabes. De ellos dos millones son cristianos palestinos. Podemos decir que los cristianos palestinos son víctimas de esta ocupación. Llamo ocupación al resultado del establecimiento del Estado de Israel.
Ahora en Palestina quedan sólo ciento setenta mil cristianos palestinos. Somos más o menos el 1,2 % de la población, una pequeña minoría dentro de una gran mayoría de judíos y musulmanes. Es muy triste ver la tierra de Jesús sin cristianos, sin seguidores suyos. Es muy triste pensar en los Santos Lugares convertidos en  un montón de piedras antiguas, como museos. La Iglesia en Tierra Santa está cada vez más vacía, cada vez más débil. Es realmente muy triste.
- ¿Diría que los cristianos palestinos están sufriendo una verdadera persecución? ¿En qué sentido?
Padre Aziz: Están sufriendo a causa de la situación política, es decir, a causa de la ocupación de sus tierras, junto con sus hermanos, también palestinos, musulmanes. Unidos en una nación, cristianos y musulmanes. Sufrimos como palestinos a causa de esta ocupación, no como cristianos, sino como palestinos. Pero tenemos certeza también deque el Israel judío no quiere a los cristianos en Tierra Santa, especialmente en Jerusalén. Yo como sacerdote, tengo denegada la entrada en Jerusalén. No tenemos libertad religiosa en nuestra patria a causa de la ocupación. No podemos llevar acabo nuestras actividades pastorales, no podemos entrar en nuestros Santos Lugares, en el Santo Sepulcro y otros lugares santos en Galilea, en Nazaret... Necesitamos un permiso especial y es muy complicado conseguirlo. Sólo lo conceden durante algunas fiestas, ni siquiera en todas las celebraciones señaladas. Por eso no podemos llevar acabo nuestras actividades pastorales y la labor como sacerdotes. Los cristianos no pueden realmente acceder a los Lugares Santos para rezar allí, ni sentirse seguros y en paz en su propia patria.
- ¿Cómo viven los cristianos palestinos estos sufrimientos?
Padre Aziz: Nuestra vida diaria, como la de los demás palestinos, se desarrolla en una situación en la que nuestros pueblos y ciudades han sido rodeados por cientos de asentamientos y por miles de colonos que llegaron con el Talmud y con una muy peligrosa autoridad, diciendo que la Tierra Santa – Palestina - pertenece exclusivamente a los judíos, y que los palestinos no tienen ningún derecho a quedarse allí, así que vienen a echarnos fuera. Por eso han puesto sus asentamientos alrededor de nuestros pueblos y ciudades, para convertir nuestra vida en una vida miserable, para cortar los caminos entre los pueblos y las ciudades. Recientemente han construido ese feo “Muro del Apartheid”, habréis escuchado de él.  Hay más de setecientos puntos de control alrededor de nuestros pueblos y ciudades, no para tener más seguridad en Israel como dicen, esa es una gran mentira, sino para hacer de nuestra vida cotidiana una vida miserable. Cuando queremos ir al colegio, al trabajo, a las iglesias, a diario tenemos que pasar por esos controles. A causa de la separación de esa Barrera estamos sometidos a muchas peligrosas provocaciones de parte de los colonos, así está ocurriendo en estos días.
- ¿Pero cómo viven esta situación los cristianos? ¿Piensan que merece la pena estar allí porque están haciendo algo por la Iglesia? ¿Cómo viven esta situación desde dentro?
Padre Aziz: Depende de la persona. Si es alguien que tiene un gran amor por su patria, la Tierra de Jesús, entonces a pesar de esta difícil situación se queda. El problema es que los que emigran, los que dejan el país, no son precisamente los pobres, sino los más ricos. Son los que tienen más estudios quienes no aceptan esta situación, se niegan a tener dificultades. Espiritualmente podríamos decir que “rechazan la cruz de Cristo”. A ningún cristiano Jesús le ha prometido una vida rica, próspera, sino que debemos aceptar su cruz. Y esto especialmente en su Tierra, la Tierra de la Cruz. Eso no lo podemos negar. Así que los cristianos deben llevar su cruz. Pero no todos están preparados, o no tienen fuerza espiritual suficiente para llevar la cruz. Por eso se sienten frustrados y abandonan el país. Cada año familias enteras abandonan el país, para siempre. Especialmente se van a Estados Unidos de América.
- ¿En su patria ha tenido que sufrir por el nombre de Cristo?
Padre Aziz: ¡Claro! Como ya dije, en los controles, de parte de los colonos… Los soldados también nos humillan, especialmente durante la Semana Santa, cuando Jerusalén se convierte en un campamento militar de soldados israelitas. Para llegar al Santo Sepulcro tenemos que atravesar todos esos controles por dentro de toda la ciudad, por fuera, en la entrada, a veces te lleva tres o cuatro horas de espera hasta que consigues pasar el control para entrar en Jerusalén y llegar al Santo Sepulcro. Muchas veces no me lo han permitido siquiera, sino que me han obligado a volver, porque no tengo permiso, porque no reconocen el pase del Vaticano… Todas estas complicaciones, todo eso, sucede porque soy palestino.
- En estas condiciones es difícil la práctica de la fe. ¿Dónde encuentran los cristianos palestinos la fuerza para ser fieles al Señor y a su fe?
Padre Aziz: Ante todo en las parroquias, en sus iglesias. Mantenemos la esperanza, porque esta tierra es realmente hermosa. El esplendor de Cristo todavía brilla sobre ella. De manera especial durante la gran fiesta de Navidad en Belén, es una preciosidad. A pesar de toda la miserable situación, especialmente dentro del territorio puramente palestino como Belén, Ramala… donde hay autoridades palestinas no hay peligro. El problema está fuera, donde están los colonos y los asentamientos, como por ejemplo en las fronteras de Jerusalén. Pero dentro de Belén, Ramala... estas ciudades tan bonitas nos hablan de la vida de Jesús. Ese ambiente espiritual de fiesta nos da realmente la fuerza y nos ayuda a aceptar la realidad en la que vivimos. También nuestros hermanos y hermanas, que vienen como peregrinos a visitarnos, eso nos da mucha esperanza y mucha paz. Nuestro espíritu se ve fortalecido cuando vemos a todos esos valientes peregrinos, que aman la tierra de Jesús, que aman a Jesús, que vienen a visitar sus raíces de fe en esta tierra. Eso nos da mucha fortaleza.
- ¿Recuerda el ejemplo concreto de algún cristiano que ha vivido su fe de manera heroica, que ha tenido que sufrir de manera particular o que ha podido dar testimonio?
Padre Aziz: Muchos cristianos que han sido asesinados por los soldados israelitas, muchos otros fueron encarcelados, por ejemplo, yo tengo un hermano. Mi hermano fue encarcelado por los soldados israelitas sin motivo alguno, por el simple hecho de ser palestino, junto con otro cristiano. Tuvieron que vivir en la cárcel. La cárcel allí no son habitaciones normales, son tiendas de campaña. Aunque haga frío, en el invierno, las celdas son las tiendas. Aún siendo cristiano le pusieron en una tienda en la que la mayoría de los prisioneros eran musulmanes palestinos. No es un gran problema, porque somos una nación, pero a él le pusieron entre palestinos del partido islámico de Hamás. Mi hermano no tuvo miedo de mostrar su fe. Estaba solo entre todos estos musulmanes durante sus oraciones, mientras rezaban en la cárcel. Como no rezaba con ellos, le preguntaron por qué no rezaba y respondió: “Porque soy cristiano”. “¡Ah!, ¡un cristiano en la cárcel!” Fue para ellos una gran sorpresa, ver un cristiano palestino en la cárcel con ellos. Porque, incluso en Palestina, hay ignorantes que no saben que hay palestinos cristianos, especialmente los que no tienen cristianos en sus ciudades, como en la ciudad de Hebrón, en Gaza (15:48), que nunca han visto a un cristiano. Pero la situación es diferente en otras ciudades, porque vivimos juntos.

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