sábado, 12 de diciembre de 2015

LA PALABRA DEL DOMINGO

Domingo Tercero de Adviento. Ciclo C.
"Domingo Gaudete"
Lc.3,10.18.


                          ¿ QUÉ HEMOS DE HACER ?

 Este tercer domingo de Adviento, en el que nos adentramos, suceden cosas importantes en nuestra Diócesis que no podemos pasar de largo, además de ser el domingo "Gaudete" : domingo de la alegría esperanzada, tendremos al medio día, la apertura de la Puerta Santa en nuestra Catedral y es también el día de Santa Lucia, patrona de los invidentes y de gran raigambre en nuestra Diócesis.
Junto a todo esto nos encontramos con la respuesta que da el Bautista a los que se acercan a el y que habiendo oído la palabra y queriendo llevarla a la práctica, le preguntan qué deben hacer. 



  La respuesta del Bautista es sencilla, no se trata de hacer grandes cosas, simplemente ser sincero y transparente en los asuntos y en las relaciones con los demás, les responde.  Es así como el camino se va allanando para que el Señor pueda llegar a la vida de todos los días, a lo cotidiano.
No deja de sorprender la respuesta de Juan a la pregunta que le hacen. Ese devolverles a lo cotidiano, a la sencillez en las relaciones, ese decirles que no es necesario hacer grandes cosas, sino estar mas atentos a la vida, nos esta remitiendo a que Dios es ahí donde hemos de encontrarlo y que el camino  de la paz y la concordia se construyen desde ese ámbito.
  Se hace necesario estar alerta con lo que hacemos, con los sentimientos que anidan en nuestro corazón y que al fin y a la postre son los que van a determinar que el Reino de Dios empiece a ser una realidad engarzada en las relaciones con los demás y con Dios y será, lo que en el fondo, determine la marcha y evolución del mundo y de la historia.
 La sencillez con la que Juan da respuesta a los que se dejan interrogar por la apalabra de Dios nos devuelve desde lo grandilocuente a lo cotidiano, a lo pequeño, a eso que  nosotros casi nunca damos importancia y que en el fondo,  va creando un clima de concierto con todos, de comunión, de vida nueva, de alegría, gozo y paz.
 En el Fondo es el Señor el que salva, nosotros no salvamos nada ni a nadie, ni a nosotros mismo, por tanto, las grandes obras, las obras magnificas, hay que dejarlas al Señor que el sabe el tiempo y el momento oportuno de realizarlas. Lo nuestro siempre va a ser la sencillez, lo humano, que va determinando el humano, valga la redundancia, vivir de cada uno y de todos.
  El mismo Bautista, con su testimonio, da ejemplo cuando no deja que le identifiquen ni con Elías ni con el Mesías. Lo suyo es anunciar y así lo hace y eso, es también lo nuestro, anunciar la buena noticia de que la palabra de Dios se cumple y de que El no fallará en sus promesas. Lo nuestro es ser testigo del amor y de la misericordia de Dios fuente de la que nace y origina el regocijo y la alegría, porque sabemos que en El, nuestra vida adquiere un sentido profundo y trascendente que se eleva por encima de nuestra débil y pobre condición, no por nuestros méritos, sino por la obra magnifica del Dios Trinitario  al que hemos aceptado en nuestra vida.
 Es lo que recomienda, hace y nos enseña, este profeta que viene del desierto y  que se planta en medio del río de la esperanza, para posibilitar a todo el que lo busque y lo quiera, el camino para iniciar una vida nueva, desde el Señor y su misericordia. 

¡Feliz día del Señor!
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario