sábado, 14 de marzo de 2015

LA CAMPAÑA POLÍTICA Y LOS DIMES Y DIRETES.



 Por Mary almenara.
El patio de la política está tan revuelto como un comedero de gallinas kikaras. Por si los partidos políticos que  teníamos fueran pocos aparece uno nuevo  que se ha convertido, para la vieja guardia pretoriana, (P.P- PSOE) en un molesto divieso, como el que aparece, donde la espalda pierde su casto nombre.
No se puede saber si el joven de la coleta llegará hasta donde se ha propuesto pero, de lo que sí  podemos dar fe es que se los ha puesto de corbata a los que durante muchos años han tenido la sartén por el mango.
 Es bien cierto que necesitamos un cambio generacional,  gente con savia nueva para que muchos de nuestros políticos se hicieran a un lado, y dar paso a los jóvenes que vienen empujando con ideas renovadas y buscando soluciones a los problemas que sufren en sus propias carnes como por ejemplo; el paro, la delincuencia juvenil, las drogas etc
 Las palabras del señor Iglesias han caído como agua de mayo, sobre todo entre la gran cantidad de parados que tenemos en España. Pero, aunque sus intenciones sean buenas hay algo que nos huele raro, y es ese apego al Chavismo que pone de manifiesto cada vez que tiene oportunidad. Todos sabemos lo que está pasando en Venezuela cosa que no deseamos vivir en nuestro país.
 Las campañas pre electorales, se convierten en verdaderos terrenos de lucha, donde los políticos que pretenden conseguir nuestros votos, pasan más tiempo insultándose entre ellos que presentándonos un programa electoral donde se busquen soluciones a los graves problemas que estamos viviendo. Es un continúo, quítate tú para ponerme yo, es sacar los trapos sucios del contrincante es, en definitiva, una lucha dialéctica para ver quien se lleva el gato al agua o el voto a las urnas.

 Pero, entre todo esto, hay un fenómeno milagroso que aparece cada cuatro años y es la aparición, como por arte de magia, de una bolsa de dinero que alcaldes y alcaldesas gastan a troche y moche.  Mientras el pueblo se queja durante cuatro años del mal estado de las calles, parques, alumbrados públicos y un largo etcétera los ayuntamientos alegan que no hay dinero o, lo que es peor, dan la callada por repuesta. Sin embargo meses antes de las elecciones todo se repara, todo se  limpia y embellece, el dinero, fluye como agua y vemos como se pavimentan las calles, las fuentes se adecentan y hasta se les cambia la iluminación. Ante este prodigio de grandeza me pregunto,   ¿Acaso no seguimos viviendo en el mismo lugar que antes de las elecciones? ¿No son los mismos políticos que hacen oídos sordos a las necesidades del ciudadano durante cuatro años? Esto es lo que se puede llamar, el milagro de las urnas.










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