miércoles, 31 de diciembre de 2014

UNO DE ENERO.OCTAVA DE LA NATIVIDAD DEL SEÑOR.

SOLEMNIDAD DE SANTA MARÍA MADRE DE DIOS.

 HAY QUE CAMBIAR DE PERSPECTIVA.


Celebramos en este primer día del año una fiesta entrañable y tierna pero al mismo tiempo llena de fortaleza y proyecto. Celebramos, nada mas y nada menos, que la Maternidad de la Virgen María. Una maternidad pensada para nuestra salvación. El niño que  ha llevado en sus entrañas y  nos ha nacido  es el mismo Hijo de Dios, Jesús, Nuestro Señor Jesucristo, enviado por el Padre para  llevarnos hacia El.  Nacido de María, Dios y hombre verdadero,  Dios amando a su Hijo,  ama al hombre como hijo, en su Hijo amado.
 Hoy es un día donde no cabe la nostalgia pensando que tiempos pasados que fueron mejores. Es un día en donde hemos de dar gracias por los que hemos caminado, aprendido, alcanzado.
Hemos de atrevernos a pensar que no  perdemos nada, sino que ganamos, que cada vez estamos mas cerca de lo definitivo en un ir descubriendo hasta donde llega y alcanza el amor que Dios nos tiene.  La vida es un caminar, un caminar hacia la casa del Padre y en ese caminar vamos aprendiendo que la vida no es nuestra que es de Dios y también que Dios no es nuestro que somos nosotros  de El y hacia El vamos, como río hacia el mar, hacia la plenitud, hacia la totalidad.


 Año Nuevo... Ilusión renovada y sostenida en el empeño de ser cada vez mas de Dios y siendo de Dios, cada vez mas de los hermanos, del mundo, de lo que nos rodea.
 Estando en Dios y en las cosa, en Dios y en la faena de cada día, en Dios por el Hijo y el Espíritu que  fecundo en María, la Madre de Dios, la gran esperanza prometida a todo el género humano.
Con Santa María, Madre de Dios, damos gracias y gritamos: 
¡¡¡Proclama mi alma la grandeza del Señor!!!

¡Feliz Año Nuevo!











No hay comentarios:

Publicar un comentario