jueves, 21 de agosto de 2014

«La tortura es uno de los medios casi ordinarios en los comportamientos de los servicios de inteligencia y en algunos procesos judiciales. Digo a los católicos: torturar a una persona es pecado mortal, es pecado grave. Pero es mucho más: es un pecado contra la humanidad»

No hay comentarios:

Publicar un comentario