lunes, 2 de junio de 2014

LA FUERZA DE VOLUNTAD POR SEGUIR ADELANTE.


Dice un refrán que aquel que tiene quien le llore, se muere todos los días, Son los que ante cualquier adversidad, por pequeña que sea, tiran la toalla esperando la compasión de todo el que le rodea. 


 Otros, por el contrario,  luchan con ganas poniendo todo el brío del que son capaces por continuar siendo lo que fueron. Sacan fuerzas desde su mismo dolor y éste es el motor que les impulsa para seguir adelante. Como ejemplo tenemos a los paralímpicos que nos demuestran cada día su fuerza de voluntad para continuar con aquello que les apasiona. Resulta impresionante ver a mujeres y hombres correr con una pierna ortopédica, competir en natación, jugar al fútbol y a cualquier deporte en el que desean participar, para ellos no existe la palabra “no puedo” su lema es luchar y luchar.
Sus sueños por las competiciones, se hicieron añicos cuando un desgraciado accidente o enfermedad se cruzó en su camino. A partir de 1960 les dieron la oportunidad de permanecer practicando aquel deporte al que dedicaron parte de su vida. Fue Ludwig Guttmann el precursor de los juegos paralímpicos dirigidos a atletas con discapacidades mentales o sensoriales.
Con esta variante de los Juegos Olímpicos se les dio la oportunidad de permanecer practicando deporte, pero sobre todo, hacer que se sintieran vivos.
Nos quedamos boquiabiertos al ver a un escalador, con las dos piernas ortopédicas, como lucha y se esfuerza por seguir conquistando las montañas. O, como un bailarín de ballet clásico, no se abandona a la tristeza y el desaliento, continúa  practicando, lo que para él es su mundo, apoyándose en una muleta que sustituye a sus miembros inferiores.
Ellos hacen que nos sintamos pequeños y cobardes cuando nos quejamos por cualquier nimiedad que nos afecte.
Si todos estos jóvenes luchadores merecen nuestro respeto y admiración, no podemos olvidarnos del británico Steven Hopkins: Físico, teórico, cosmólogo y divulgador científico. Como es sabido Hopkins padece una enfermedad degenerativa, que hace muchos años lo mantiene en una silla de ruedas. Sin embargo, la enfermedad, no ha hecho de él un ser inútil y sin voluntad de supervivencia, mucho menos en su cerebro. Es mundialmente conocida la inteligencia de este hombre al que su enfermedad ha mermado su físico pero no su talento. Inteligencia, que le ha llevado a idear una forma altamente esencial, para relacionarse con los que le rodean.
A pesar de que algunas de sus declaraciones, resultan bastante polémicas, no por ello deja de ser una persona digna de conocer. Si usted, estimado lector, está interesado en ver y escuchar a este científico, tiene una cita en la isla de La Palma entre los días 22 y 27 de Septiembre, donde acudirá invitado al Festival Starmus en El Roque de Los Muchachos,  en la isla bonita. Merece la pena esperar hasta esa fecha para disfrutar de Steven Hopkins y, como no, de la isla de la Palma.

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