viernes, 28 de febrero de 2014

LA PALABRA DEL DOMINGO

 DOMINGO OCTAVO DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO A.

Porque una ayudita nunca biene mal.
 Cuanta veces oímos decir  a los que nos rodean que están estresados, agobiados, que ya no saben que hacer con tal o cual situación que les atosiga, que necesitan parar, porque el ritmo de vida se llega a hacer monótono y nos vemos sin ánimo e ilusión para hacer las cosas.
 Cuantas veces soñamos con viajes relajantes, con  paisajes que nos con muevan o  visitas que nos  ayuden a interiorizar. Cuantas veces...
Pues parece que Jesús también sabia de todo esto, pues  en esta ocasión habla de  cierta y aliviadora  despreocupación. De entrada suena así , pero en seguida nos damos cuenta de que a lo que nos invita es a la confianza total y absoluta en el Padre. Nos pone como ejemplo lo que vemos a nuestro alrededor, vemos digo, que no observamos. Es necesario, en muchas ocasiones, que alguien nos ayude a observar y reflexionar, a mirar con ojos nuevos lo que nos rodea. Solo, dice, debe haber una preocupación en vuestra vida: buscar  el Reino de Dios" y  todo lo demás vendrá solito. y ¿ Qué es eso de buscar el Reino de Dios? ¿ En que consiste? Es algo tan sencillo como  dejar que Dios ocupe el centro de nuestra existencia y siendo así no hará falta hacer ningun propósito de anunciarlo, porque ya con sola nuestra vida y nuestras actitudes lo estamos haciendo.
Creo que las palabras de Jesús en este  evangelio son una buena medicina que, además, está al alcance  de cualquiera y cuesta poco, tan poco como abrir nuestro corazón al Padre y dejarnos llenar por el.
 Desprendernos de nuestras seguridad y afán de controlarlo todo y arriesgarnos a confiar en alguien que nos ama. Sucede que es ahí donde esta la cuestión.
 Rechazamos con frecuencia, consciente o inconscientemente la  presencia de Dios en nuestra vida y con ello toda la riqueza que nos puede aportar y que  está deseando regalarnos y lo hacemos en aras de algo tan sublime como es  nuestra libertad, de ser protagonistas exclusivos de lo que hacemos pensamos o decimos y así nos va.
Sería bueno que esto nos lo pensáramos un poco porque de repente nos llevamos alguna que otra sorpresa, como por ejemplo, descubrir  que  andamos con muchos grillos en la cabeza de autonomía individual y cosas por el estilo y  no somos capaces de  dar  un paso interior para  aceptar que  somos un gran proyecto, - por supuesto que si -, necesitado  de ayuda para poder  llegar a ser realidad.
 La ayuda la da el que puede darla y ese no es otro mas que el mismo Dios.
Feliz día del Señor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario