lunes, 9 de diciembre de 2013

¿POR QUÉ DECIMOS? SABER A GLORIA.

Por Mary Almenara
Cuántas veces hemos pronunciado esta frase después de llevarnos a la boca un manjar que nos llena de un placer tan agradable que nos cuesta explicar. Es palabra que empleamos con frecuencia.
  No siempre debe estar relacionada con lo que comemos, se suele emplear en otros momentos cotidianos que vivimos cada día: después de una siesta reparadora, un vaso de buen vino o, ese achuchón cariñoso que recibimos de alguien querido, nos sale desde lo más profundo de nuestro ser esta frase " me supo a gloria"
Que todo nos sepa a gloria hoy en día es algo relativamente escaso, sobre todo cuando las dificultades han llegado sin que nadie las llame y cuando menos lo esperamos. Pero ya se dice que el ser humano es capaz de sobreponerse ante las adversidades y crecerse ante ellas, de tal manera que somos capaces de hacer frente, aunque sea a duras penas, de los momentos más duros y dramáticos que nos pueda tocar vivir.
El que todos tengamos derecho a saborear ese alimento, que nos deja un regusto en la boca y el instinto de relamernos los labios, han llevado, muy acertadamente, a que en estas fechas que se aproximan las diferentes ONG  como; caritas, banco de alimentos, cruz roja etc, etc, insten a las personas solidarias, que en sus aportaciones de alimentos, incluyan los típicos dulces navideños. Como bien dice el refrán “no sólo de pan vive el hombre” por lo que un poco de turrón o mazapán llegarán a esos hogares como agua de Mayo.
 Aunque se trate de algo material, no por ello deja de saber a gloria, recibir después de meses de eterna espera, el tan deseado sueldo que llevamos varios meses sin cobrar. Y, es que esta costumbre de acumular meses sin pagar, se está convirtiendo en algo cotidiano en cualquier empresa. Pero, por muy usual y habitual que se haga, no cabe duda de que el pobre obrero no llega a acostumbrarse a trabajar sin cobrar su salario. Por eso cuando,  al fin llega a sus manos el merecido sueldo diga “me supo a gloria”
 Como todo en la vida tiene un ¿por qué? Sepamos por qué usamos esta frase cuando algo nos agrada o satisface.
La teoría más extendida nos dice que, en la antigüedad, se comparaban los manjares más exquisitos con un pastelillo llamado “de gloria” elaborado con hojaldre, yemas de huevo y azúcar.
No cabe duda de que con esos ingredientes tendrán  que saber a gloria o, como decimos los católicos, “me supo a gloria bendita”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario