LOS VILLANCICOS.
Los villancicos, como expresión
sencilla del pueblo llano, están llenos de candor y de ternura, no
importa que los peces beban una y otra vez en el río o que la vieja
se coma el chocolate o que a San José los ratones le coman sus
gachumbos, o los gitanos se cuelen en el portal, no importa, no.
Porque es que esta noche, es noche especial y la gente eso la sabe y sabe también, que la alegría de esa noche compagina muy bien con el ingenio y la música. Es que la Noche Buena, es fiesta y fiesta grande y muy importante.
Porque es que esta noche, es noche especial y la gente eso la sabe y sabe también, que la alegría de esa noche compagina muy bien con el ingenio y la música. Es que la Noche Buena, es fiesta y fiesta grande y muy importante.
Y la gente acude a lo que tiene a mano
para expresar con cantos de rima sencilla lo que siente y
experimenta y así con instrumentos tradicionales u
ocasionales, la botella de anís, las tapas de un caldero, las
cucharas, etc. que junto con la zambomba, las guitarras y otros y
bien compaginados, forman una pequeña orquesta que les permite
expresar con calor y regocijo lo que sienten. La ternura y los
recuerdos terminan por asomar su orejuelas y se escapa alguna que
otra lágrima inoportuna.
Los villancicos son la expresión de un pueblo que no ha olvidado, aunque lo parezca, que quiere seguir mirando a la cuna aunque otros le digan que mire para otro lado, que quiere seguir cantando y esperando de Aquel de quien sabe puede esperarlo todo y que no le fallará.
Los villancicos son la expresión de un pueblo que no ha olvidado, aunque lo parezca, que quiere seguir mirando a la cuna aunque otros le digan que mire para otro lado, que quiere seguir cantando y esperando de Aquel de quien sabe puede esperarlo todo y que no le fallará.
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