sábado, 28 de septiembre de 2013

LA PALABRA DEL DOMINGO

  UN CAMINO SIN RETORNO.
En el texto del evangelio que tenemos para este fin de semana, nos encontramos a Jesús hablando con los fariseos y proponiéndoles la parábola conocida como la del "Rico Epulón y el Pobre Lázaro".
Nos fijamos en el detalle de a quienes va dirigida ( los fariseos)  y desde ahí encontramos que es lo que quiere decir Jesús a todo el que le escucha.


Los fariseos presumían de ser hijos de Abrahan, por otro lado conocían la norma de  ayudar a pobres, huerfanos, viudas y forasteros. Esto lo llevaban a gala aunque en realidad  sus pasos fueran por otros derroteros. Esa es la denuncia que aparece en esta propuesta de Jesús. Les invita  ha hacer méritos  para la vida eterna y a no quedarse solo en lo que saben, sino  a ir mas allá, llevarlo a la práctica, porque una vez concluida esta existencia no va a valer el ser "hijos de Abrahan", o el dinero que en vida hayamos podido acumular, de lo que se nos va pedir cuenta es de como tratamos a los demás y de si fuimos capaces de ser compasivo y misericordiosos acercándonos al que lo necesitaba. De si en verdad, eso de ser  hijos de Abrahan era una realidad en sus vidas o una forma muy sutil, pero vacua, de hacer valer su autoridad.
Además, se pedirá cuenta del antitestimonio que han dado, diciendo una cosa y haciendo otra, apartando así a la  gente sencilla de los caminos de Dios o dando ejemplo de superficialidad en la fe sin tomarse en serio la palabra Dios.
 Se observa también el  intento de poner a su servicio a Abrahan y a Lázaro:   "manda..."  " di..."  Pero ya es tarde, ya no se puede hacer nada, porque el tiempo del mérito ya ha pasado.
 El rico ( los fariseos) está anclado en la mentalidad de que el dinero le permitirá influir, no solo en su favor, sino en favor de los suyos, (eso, en lo terrenal , puede valer, pero no para  mostrarlo  como  merito en la vida eterna) una vez concluido el periodo terrenal.
El diálogo es con Abrahan el cual se niega  a acceder a la  petición del rico, porque es que ya no puede  hacer nada y  no es suficiente el manifestar o haber vivido  manifestando su relación con el: hijo de Abrahan y así le llama padre, pero sin llevar a cabo la obra buena.
Solo se es hijo de Abrahan si le imitamos en la obediencia a la Palabra de Dios que le invitó a salir de sí mismo y a ponerse en camino, cosa que hizo. El camino del rico en esta ocasión era el que le acercaba al necesitado, cosa que no hizo  y que ahora, cuando ya no se puede hacer nada, pretende que Lázaro lo haga  por el.
Creo que podemos sacar de todo ello interesantes conclusiónes para nuestra vida de fe.
Feliz día del Señor 

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