sábado, 21 de septiembre de 2013

LA PALABRA DEL DOMINGO

 EL NEGOCIO DE NUESTRA VIDA.
En el texto del evangelio que tenemos para celebrar la Eucaristía este domingo xxv del Tiempo Ordinario, nos encontramos que Jesús instruye a  los discípulos sobre como ha de ser su actitud ante la decisión que han tomado a la hora de seguirle  o lo mismo, ante el Reino de Dios .



 Les invita a ser fieles ante el oficio que se les ha de poner en las manos, ante la vida y no dejarse llevar por la lamentaciones o el no saber qué hacer, cuando  hemos administrado mal  nuestras cuentas. Hay que tomar decisiones y esas decisiones  deben llevarnos a conservar lo que por nuestra mala administración vamos a perder de forma que podamos seguir viviendo con dignidad nuestro servicio al Señor a pesar de las adversidades que la vida  nos pueda  deparar. 
La parábola que les propone parece como si fuera sacada de un diario de noticias de nuestros días , cuando  habla falsear facturas y de hacer cambalaches para salvar el pellejo a costa del dinero de su amo al que ha estado sirviendo hasta ahora y el cual ha descubierto que le engaña. Sabiendo que el amo tiene razón y que va a actuar con lógica despidiendole del empleo, aprovecha para no verse en la calle y crearse amigos que le puedan ayudar  cuando lo necesite. Hace su propio negocio con el dinero del amo.
Pero, en el fondo ¿Qué  está queriendo decir Jesús a los discípulos  con esta reflexión ?
Yo creo, nada mas  y nada menos, que han  de buscar la forma de no quedar fuera, en la calle, cuando  no hemos sabido administrar los bienes que no son nuestros y que han sido puestos en nuestras manos para hacerlos fructificar. Hacer lo posible por no perder la confianza del amo y si eso llegara a suceder, tener valor y arrojo para afrontar la situación y dar solución lo antes posible. Actuar con  agilidad a la hora de llevar nuestros asuntos adelante, siendo así,  que el asunto que de verdad nos debe preocupar es  el de nuestra salvación que es como un negocio que aún no siendo nuestro, depende de el nuestro bienestar definitivo y en la medida que sepamos administrarlo es decir, ser fieles, en esa medida, tendremos problemas o no.
Ya dice Jesús  que no podemos servir a Dios y al dinero. No, esa no puede ni debe ser nuestra opción. La correcta es, servir a Dios con nuestro dinero,
El administrador infiel busca la forma de no verse tirado. Busquemos también  nosotros, la forma de no vernos  lejos del amo ( del Señor) por nuestra mala cabeza y no  andemos falseando facturas, porque mas tarde o mas temprano, el amo va a tener noticia de ello y entonces si que nos vamos a ver solos y sin solución. 
FELIZ DÍA DEL SEÑOR 

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