martes, 17 de septiembre de 2013

LA FE: DON DE DIOS Y ENCUENTRO PERSONAL CON EL.

 Con frecuencia nos encontramos con personas que dicen no tener fe, al igual que con otras que dicen tenerla, pero ¿ Que es la fe ? Según el Catecismo de la Iglesia Católica la fe es un don de Dios: «La fe es un don de Dios, una virtud sobrenatural infundida por Él (cfr. Mt 16, 17). Para dar la respuesta de la fe es necesaria la gracia de Dios» 
 ¿ Como llega a nosotros y desde donde este don de Dios?
Si miramos la historia de la salvación desde Abrahan hasta nuestros días, pasando por los Patriarca, los Profetas, María, Isabel, Juan el Bautista, el mismo Jesús, los Discípulos, la primera Iglesia y nosotros mismos, descubrimos que es Dios el que siempre da el primer paso, el que se acerca, el que invita, el que pone los medios, el que nos conquista y pone en nuestras manos, siempre pone en nuestras manos un proyecto, que va mas allá de nuestros limites y muchas veces, de nuestras posibilidades, por eso decimos que la fe es un don, un regalo.
Afinando mas, la fe es el mismo Dios que se nos regala, que se nos entrega y por eso, muchas veces podemos decir "Dios mío", pero en el fondo de todo, no es que Dios sea nuestro, somos nosotros los que somos de Dios, los que somos amados de Dios. El se nos da y es desde ahí desde donde podemos decir eso de Dios mio, porque el se ha dado antes generosamente, si reservas y en totalidad y se sigue dando.
Al manifestarse Dios a nosotros, a eso es a lo que llamamos revelación, se nos da también todo lo necesario para llevarnos y mantenernos en la convicción de que nos ama, que se entrega.
Cuando queremos definir qué es la fe solemos decir que es creer lo que no se ve, pero en este caso hemos de afinar un poco porque no es creer en algo que no se ve, la fe del creyente es creer en aquel que no vemos pero que sí experimentamos.
La fe es algo personal, muy personal y en una doble vertiente: es una opción nuestra y desde nuestra libertad, somos personas, ante otro ser que nos sobrepasa y que también es persona y desde su libertad, se manifiesta como persona cercana, desde sus misma entraña que no es otra cosa mas que el misterio Trinitario.
El Dios Trinitario donde es el Padre el que se revela, el Hijo quien lo completa y el Espíritu Santo quien sostiene.
La fe, podemos decir, que es un encuentro personal con Dios, provocado siempre por el, ( tu has venido a la orilla) a quien hemos aceptado libremente ( esto es muy importante) y que nos invita y nos lleva a vivir de una forma concreta: como Hijos de Dios, como discípulos de Jesús y como templos del Espíritu Santo.
Es desde ahí y solo desde ahí, desde donde tiene sentido todo lo que hagamos o dejemos de hacer, tanto de puertas adentro de la Iglesia como de puertas a fuera. Es ahí también, donde se acrisola y fortalece la fe. Es desde ahí, desde donde nos mostramos ante la sociedad y desde donde serán juzgados favorable o desfavorablemente por los que nos miran, nuestros actos. Desde lo que decimos creer y celebrar y es desde ahí, finalmente, desde donde podremos oír decir. " Vengan benditos de mi Padre ".
La fe es un don de Dios que provoca un encuentro personal e íntimo con El, que nos lanza al futuro y que nos lleva a compartir con todas las personas, sean de donde sean y vengan de donde vengan, nuestra vida, nuestro trabajo y nuestra razón de ser testigos, sean creyentes o no. Ese es el espacio del testimonio y de la realización, el crisol donde se purifica, se ahonda y engrandece lanzándonos a la utopía de un mundo mejor y mas humano en donde el hombre y Dios no están de brazos cruzados, sino continuando la obra de la salvación que un día, por pura gracias, El mismo inició en favor del hombre y la creación.

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