sábado, 1 de junio de 2013

LA PALABRA DEL DOMINGO

DOMINGO IX DEL TIEMPO ORDINARIO.
CICLO C.  SOLEMNIDAD DEL CORPUS CHRISTI.
 Este fin de semana los cristianos celebramos la solemnidad del Cuerpo de Cristo. Es así como la llamamos, porque eso es lo que creemos y se nos ha dicho: Estaré con ustedes todos los días hasta el fin de los tiempo y Jesús, cumpliendo todo los que nos dice en el capítulo seis del evangelio de San Juan se nos queda  de la forma mas sencilla, pobre y cercana  que solo puede hacerlo alguien  que gobierna cielo y tierra: Jesús se nos queda en el pan.
Después de  haberle visto actuar, hacer y decir, después de compartir el Jueves Santo  cada día, ahora nos toca reconocer  desde lo mas hondo de nuestro corazón esa presencia suya en algo tan cotidiano como puede ser el pan. Ese pan que  con tanta frecuencia pedimos al Padre que no nos falte cada día. Ese pan que ganamos con el sudor de nuestra frente, ese pan que compartimos. Ya nos lo dijo: les daré un pan que  da la vida eterna, y se refería a El mismo.
 Es algo tan sublime y al mismo tiempo tan cercano que no nos lo terminamos de creer e incluso llegamos  a comerlo como lo mas normal del mundo. Creo que se hace necesario por nuestra parte, pararnos a pensar lo que hacemos con esta presencia de Jesús entre nosotros y  que quiere ser nuestro alimento.
 Los ministros del altar hemos de preguntarnos ¿como le trato? Los creyentes ¿ qué  pensamos cuando nos acercamos a pedirlo ? 
Tiene que dolernos  comprobar como tantas veces de forma rutinaria lo tenemos entre nuestras manos como el que tiene cualquier cosa, todo menos lo que en realidad  es.
 Creo que tenemos que defender la presencia de Jesús en la Eucaristía frente a nosotros  como ministros y frente a todos los demás.
   Hemos centrado esta fiesta, ultimamente en el día de Cáritas, el día del pobre y me parece muy bien, pero no deberíamos  olvidar que  el también es  un pobre, no por obligación, sino por amor, que es otra forma de de serlo. 
  Reflexionar en nuestra comunidades,  sobre la presencia real de Jesús, de como  le tratamos, como lo presentamos, como lo recibimos y seguro que de ahí va a brotar un acercamiento mas sincero y constante a los necesitados, a los que solicitan nuestra ayuda, a lo que es y debe significar Cáritas.
¿  Que por que digo esto?  pues porque observo en mi parroquia e imagino que en las demás será algo por el estilo, como la Eucaristía, esta presencia  real de Jesús entre nosotros, no es lo suficientemente valorada por los hermanos. Se comulga en muchas ocasiones sin decoro, ni veneración, por no decir respeto, andamos con prisas tontas y no posibilitamos que  los hermanos  puedan entrar, aunque sea un poquitín, en el misterio que se celebra y  comparte. Esto es a vuela pluma, pero hay mas y todos lo sabemos.
 De todas formas, creo que es un día para  pararse a pensar, dejarnos interrogar e inclusive atrevernos a preguntarnos si creemos que Jesús está realmente presente en el pan consagrado.
Hay un frase que dice que los pobres son el gran tesoro de la Iglesia, y es verdad, pero nos olvidamos que Jesús es el mas pobre de todos los pobres y, además, un pobre que se da que se entrega. No es el pobre que pide, sino que se da todo entero y se pone a merced de su criatura.
La Eucaristía es el gran tesoro que  tiene la Iglesia. Es Jesús mismo entre nosotros, desde la forma mas sencilla y humilde. Es la pobreza de Dios que nos enriquece.
 Para concluir  me viene a la mente aquello que San Juan de Ávila dijo en cierta ocasión a un sacerdote  que celebraba la  misa: " trátelo bien, que es hijo de buen padre"
De nada sirve que lo pongamos en magnificas custodias, le saquemos en procesión  y adornemos nuestras calles y balcones, si después nuestra atención se  centra en la hermosura de los adornos que hemos hecho y no en lo que debe significar la presencia real de aquel que se sigue entregando por puro amor .
¡FELIZ DÍA DEL SEÑOR!

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