sábado, 8 de junio de 2013

LA PALABRA DEL DOMINGO. X DEL TIEMPO ORDINARIO . CICLO C.

  ¿ DIOS NOS SIGUE VISITANDO ?
 El texto del evangelio de este fin de semana nos  ofrece  la resurrección del hijo de la viuda de Naín. Es solo Lucas quien nos ofrece este relato al par que es uno de los tres relatos de resurrección que nos encontramos en los evangelios,  pues también están el de la hija de Jairo y el de Lázaro y mientras que en estos dos últimos la secuencia es impresionante, este es mas sencillo y escueto , pero no por ello menos llamativo por lo rápido que se suceden los acontecimientos y por la ternura y compasión  y decisión que muestra  de Jesús.
 Ante el panorama que  se le presenta de una viuda  que pierde a su hijo único, Jesús siente lástima y después de invitarla a no llorar, toca el cadáver ( cosa prohibida) y devuelve el hijo a la madre con vida.
 Nos situamos en el lugar  y nos encontramos en Galilea, cerca de Cafarnaún y mas cerca aún del monte Tabor. 
Estamos en la Galilea de los gentiles que ha perdido la relación con el templo por trifulcas y malos entendidos, y que como viuda  ve y siente que sus hijos cada vez mas se van separando de las tradiciones del pueblo escogido. Andan por derroteros que les apartan  de la alianza. Están muertos a  la esperanza, y a aquel que da la vida. 
Jesús se presenta como el que facilita la posibilidad del recuperarlo todo, de volver a  ser pueblo de Dios.
 Galilea como viuda desconsolada  llora la muerte de sus hijos. Jesús viene a consolarla y a devolver la vida a aquellos que la han perdido, a aquellos que se han apartado y olvidado del Dios de los padres.
 Jesús siente lástima, consuela y devuelve al Dios de la vida. Da la vida, resucita, siembra esperanza  y la posibilidad de empezar de nuevo.
  Lo que escribimos mas arriba podría ser una segunda lectura del texto que Lucas nos ofrece.

El relato en si mismo encierra la manifestación del  poder de Jesús sobre la muerte, su opción  ante el dolor de los pobres y los que no tienen quien les defienda  y, sobre todo, su ser imagen del Dios que visita a su pueblo para recuperarlo y  levantarlo de la postración en la que se halla. 
 Una consecuencia muy sencilla y a vuela pluma de lo que acabamos de  reflexionar es la fidelidad del Padre manifestada en los hechos de Jesús: Dios es fiel en todo momento,  no se olvida de su alianza, el pueblo sigue siendo su pueblo aunque este viva apartado de El. No le va a abandonar, quiere devolverlo a la vida y seguir dándole vida, su misma vida. Dios, en una palabra, sigue  estando pendiente de el de miles forma y maneras y visitándolo, como exclama el coro final del relato que nos ocupa : " Dios ha visitado a su pueblo".
 Una pregunta: ¿ Podríamos nosotros decir hoy lo mismo ?

No hay comentarios:

Publicar un comentario