domingo, 9 de junio de 2013

EL POR QUÉ DE LAS COSAS.


¿POR QUÉ SE ENTRECHOCAN LAS COPAS AL BRINDAR?
 Por María Sánchez
Ante cualquier manifestación de alegría y, teniendo una copa en la mano, la alzamos y la hacemos chocar con la persona que tenemos más cercana, moda ésta que viene desde muchos años atrás.
Siendo este un acto que solemos repetir con mucha frecuencia, no olvidemos ser cautelosos, y al hacerlo no poner en ello mucho énfasis.
De no poner un poco de cuidado no sería extraño que, de pronto  y al compás del clásico “chin chin” nuestra copa se hiciera añicos, quedándonos con la base en la mano, nosotros bañados con la bebida que contenía y, lo que es peor, siendo el hazme reír de toda la concurrencia.

 Lo correcto, hoy en día, es hacer que las copas sólo se rocen al brindar. Pero cuando los efluvios del alcohol empiezan a hacer efecto, más que un simbólico brindis, parece que se escuchan los cuernos de los ciervos en tiempos de berrea.
Con un poco de imaginación se podría  ver la cara de los anfitriones cuando en un día especial y, echando la casa por la  ventana, se deciden a sacar del armario las copas de cristal de Bohemia, regalo que le hizo la tía rica el día de su boda. El color de sus caras pasa del blanco nacarado al verde pardo cuando ven, asombrados, como uno de sus invitados bajo el fragor de la fiesta y los efectos del vino, no para de brindar a diestro y siniestro, a la vez que hace malabarismos para mantenerse en pie.
En esto de los brindis hay muchas tradiciones y leyendas urbanas. La mayoría de las personas se niegan a brindar con agua, otras no quieren hacerlo si el vaso es de plástico y, no digamos nada si el vaso de la  persona con la que pretenden brindar está vacío, esto les  puede parecer un autentico sacrilegio.
Sin embargo nada tienen que ver los brindis que hoy llevamos a cabo con los de antaño y, mucho menos, la razón única y verdadera por lo que se hacía.
Para empezar sepamos el significado de la palabra brindis. Esta tiene su origen en Alemania donde al entrechocar las copas se decía “bring-dich” (yo te ofrezco).
Si bien la costumbre de brindar nos llega desde muchos años atrás, hay quien afirma que ya desde el siglo VI a de C ya se llevaba a cabo este rito, si bien el motivo distaba mucho del al actual. En la Roma antigua era costumbre matarse por un quítame allá esa paja. La manera más usual era envenenar las bebidas. Por lo que anfitrión e invitados chocaban, fuertemente las copas, lo que hacía que el líquido de una pasara a la otra y las  bebidas se mezclaran. Este era un símbolo de confianza absoluta
El acto de brindar se divide en tres partes; el brindis verbal, el acuerdo y el trago simbólico. Normalmente al alzar la copa se suele decir, ¡¡salud o a la salud!! También se puede brindar por un hecho determinado; boda, bautizo, comunión etc.
Por mi parte, estimados lectores, alzo mi copa, simbólicamente, y brindo por la salud de todos y cada uno de ustedes.
Chin- chin.

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