jueves, 25 de abril de 2013

Francisco: "La Iglesia no es una organización burocrática sino una historia de amor"

 "Cada uno de nosotros es un anillo en esta cadena de amor"

"Cuando la organización toma el primer sitio, el amor se acaba y la Iglesia, pobrecita, se convierte en una Ong"

El Papa Francisco volvió a hablar sobre la esencia profunda de la Iglesia y su ministerio espiritual durante la misa que celebra todas las mañanas en la Domus Santa Marta. «Una comunidad cristiana que crece y multiplica a sus discípulos es una cosa buena pero que nos impulsa a hacer pactos para tener más socios en esta empresa», «la Iglesia -explicó en su homilía matutina el Papa- crece desde abajo, lentamente». De hecho, recordó, «la vía que Jesús quiso para su Iglesia es otra: la vía de las dificultades, la vía de la Cruz, la vía de las persecuciones».



Según Bergoglio, «esto nos hace pensar: "¿Qué es esta Iglesia? Esta nuestra Iglesia, porque parece que no es una empresa humana". La Iglesia, de hecho, es otra cosa: no son los discípulos los que constituyen la Iglesia, ellos son enviados, enviados de Jesús. Y Cristo es enviado del Padre».
«Y entonces, se percibe que la Iglesia comienza allí, en el corazón del Padre, que tuvo esta idea». Es más, añadió Francisco, «no sé si haya tenido una idea: el Padre tuvo amor. Y comenzó esta historia de amor, esta historia de amor tan larga en los tiempos que todavía no ha terminado».
«Nosotros, hombres y mujeres de Iglesia, estamos en medio de una historia de amor: cada uno de nosotros es un anillo en esta cadena de amor. Y si no entendemos esto, no entendemos nada sobre qué es la Iglesia». Pero, se preguntó el Pontífice, «¿cómo crece la Iglesia? Jesús lo dijo con sencillez: como la semilla de la mostaza, como la levadura en la harina, sin ruido».
«Y cuando la Iglesia quiere enorgullecerse de su cantidad y crea organizaciones, crea oficinas y se hace un poco burocrática, la Iglesia pierde su substancia principal y corre el peligro de transformarse en una Ong. Y la Iglesia no es una Ong. Es una historia de amor... Pero existen los del Ior... disculpen... pero, todo es necesario, las oficinas son necesarias. Pero son necesarios hasta un cierto punto: como apoyo para esta historia de amor. Pero, cuando la organización toma el primer sitio, el amor se acaba y la Iglesia, pobrecita, se convierte en una Ong. Esta no es la vía». (RD/Agencias)

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