martes, 30 de abril de 2013

EL CONFESIONARIO "NO ES UNA TINTORERÍA"

El papa Francisco aseguró hoy que el confesionario "no es una tintorería", donde se va a lavar los pecados, ni tampoco un lugar de "tortura", y que avergonzarse de los pecados es la virtud del humilde, que se prepara a recibir el perdón de Dios.
                         El pontífice hizo estas manifestaciones en la misa que celebró en la capilla de la residencia de Santa Marta, donde se aloja, en cuya homilía se refirió a los pecados y dijo que si decimos que no tenemos pecado, "nos engañamos a nosotros mismos, ya que todos somos pecadores, todos".
El papa Bergoglio manifestó que cuando el Señor perdona a los hombres hace justicia, "ya que Él ha venido al mundo para salvar y perdonarnos, acogiéndonos con la ternura de un padre hacia el hijo".
El Señor -aseguró- "es tierno con quienes van hacia Él y con ternura nos entiende siempre y quiere darnos esa paz que sólo Él puede dar".
"Esto es lo que sucede con el sacramento de la Reconciliación, aunque muchas veces pensemos que ir a confesarnos es como ir a la tintorería para limpiar la suciedad de nuestros vestidos. Pero Jesús en el confesionario no es una tintorería. Es un encuentro con quien nos espera tal como somos", afirmó.
El papa argentino subrayó que la vergüenza es una "auténtica virtud cristiana y también humana", una virtud "del humilde, de aquellos hombres y mujeres que son humildes".
Comentando la primera Carta de San Juan, en la que se dice que "Dios es luz y en Él no hay tiniebla alguna", el Papa Francisco subrayó que "todos nosotros tenemos oscuridades en nuestra vida", momentos "donde todo, también en la propia consciencia, es oscuro", pero esto -precisó- no significa caminar en las tinieblas.
"Es necesario tener confianza" -prosiguió el Papa- "porque cuando pecamos tenemos un defensor ante el Padre: Jesucristo, el justo. Y Él nos sostiene ante el Padre y nos defiende frente a nuestras debilidades. Pero es necesario ponerse frente al Señor "con nuestra verdad de pecadores, con confianza, también con gozo, sin maquillarnos... ¡No debemos jamás maquillarnos delante de Dios!". Y la vergüenza es una virtud: "bendita vergüenza".
Esta confianza "nos da respiro". "Que el Señor -finalizó el Papa su homilía en Santa Marta- nos dé esta gracia, este coraje de ir siempre hacia él con la verdad, porque la verdad es su luz, y no con las tinieblas de las medias verdades o de las mentiras ante Dios".
El obispo de Roma agregó que Jesús pide a los hombres humildad y mansedumbre, "que son las dos cornisas de la vida de un cristiano".
"Un cristiano va siempre así, con humildad y docilidad, y Jesús nos espera para perdonarnos. Por eso ir a confesarse no es una tortura. No, es ir a alabar a Dios, ya que de los pecados son salvados por Él", destacó.
Francisco aseguró que Dios no "apalea" a los fieles en el confesionario, sino que con "ternura los perdona", y que si el fiel vuelve a pecar y vuelve a confesarse, allí está Dios dispuesto siempre a perdonar.

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