sábado, 12 de enero de 2013

TRECE DE ENERO: FIESTA DEL BAUTISMO DEL SEÑOR

 UN CAMINO POR ANDAR
Terminamos el tiempo  de Navidad con esta fiesta del Bautismo del Señor abriendo un compás de espera con el tiempo Ordinario hasta la Cuaresma.
Pero vayamos a la fiesta de este domingo que es la que ahora mismo nos interesa. 
La escena nos la cuenta Lucas que empieza diciéndonos que el pueblo estaba en espectación, - en una espera  esperanzada y alerta -, hasta el extremo de que se preguntaban si Juan no sería  el Mesías. El Bautista  habla claro dando un  testimonio valiente que no deja lugar a la dudas. Dice la verdad sin aprovecharse de la ocasión para medrar o ser aplaudido o que le siga la gente. Juan dice: Yo no soy el Mesías. El bautismo que yo os imparto en preámbulo del que os de el Mesías, que es mas que yo y será con "Espíritu Santo y fuego".
 Estando en esta situación es cuando aparece Jesús, que no busca protagonismo, hace fila con los que buscan a Dios, con los que se sienten pecadores y ansían su venida, en un bautismo general.
 Lucas tiene bastante cuidado al relatarnos esta escena, pues  nos dice que se bautizó y que mientras Jesús oraba, se produce el testimonio del cielo : El Espiritu Santo se hace presente junto con la voz del Padre que lo reconoce: "Tú eres mi Hijo, el amado, el predilecto"
Es un texto corto, pero muy sugerente. Así que vamos a tratar de sacar alguna conclusión para nuestra vida de cristianos, para lo de cada día.
De entrada tenemos la transparencia de Juan no arrogándose nada que no le pertenezca, diciendo la verdad, no llevando a engaño a la gente, no creando falsas espectativas sobre su persona ni permitiendo que la gente se las cree, ante la necesidad que experimentan de la acción de Dios en sus vidas. Transparencia, fidelidad y entrega sincera a la misión  que se le ha encomendado. No soy mas que lo que soy.
Luego aparece Jesús. Aún no revelado por el Padre. Son los momentos finales de su vida oculta. Va a ser señalado de entre la gente. Pero hasta ese momento estará confundido ente ellos y con ellos. Es en el momento del bautismo y estando en oración cuando el cielo lo reconoce como Hijo. El acepta la misión y a partir de la cual, su ser Hijo ira  creciendo de forma paulatina a medida que vaya  incorporándose a la vida de los hombres como el amado, el predilecto, el reconocido por el Padre , pero sin  apartarse de los hombres, estando  cada vez mas cercano a los pecadores y a los buscadores de Dios. Esta opción le llevará al extremo de dar su vida por ellos, no sin antes  haberles perdonado, porque no sabían lo que hacían.
Concluimos: Verdad, transparencia y sinceridad en Juan. En Jesús, oración, docilidad, aceptación y entrega como Hijo reconocido sin apartarse de los que buscan a Dios.
Creo que aún nos queda mucho camino por andar a nivel personal y como Iglesia ¿ No les parece ? 
FELIZ DÍA DEL SEÑOR.

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