lunes, 7 de enero de 2013

"MADRE" DIOS.

POR AGUSTÍN CABRERA.

 Hace tiempo que vengo reflexionando sobre esta tema. Desde que el hombre es hombre no ha dejado de preguntarse ¿ Cómo es Dios? ¿  A qué o quién se parece?  ¿ A qué compararlo?

Al principio el hombre lo imaginó como un ser duro, al que no le temblaba el pulso a la hora de castigar a aquellos que no cumplian su voluntad. Nos hizo libres pero nos obliga bajo coacción a hacer lo que el quiere: Ahora, un diluvio, ahora una confusión de lenguas, ahora la conversión en sal, ahora...  Mucho miedo a Dios. Para colmo, no existe lugar donde esconderse porque siempre nos vigila y su mirada llega al lugar mas lejano y oscuro, que es donde nos escondemos para hacer las cosas que a el le desagradan y le irritan.
Jesús nos enseñó a llamarlo Abbá, que significa papá. Nos enseño que le pidiéramos cuanto quisieramos y que El, que siempre está atento a nosotros, nos irá dando lo que necesitamos  porque  ni siquiera sabemos pedir lo que nos hace falta. No es un Dios vigilante, presto al castigo, es un Dios atento a nuestras debilidades, presto a perdonarnos cuando se lo pedimos y acompañarnos, especialmente en los momentos  mas duros que nos toquen vivir. Un Dios cercano, un Dios Padre capaz de todo por sus hijos. Alguien que siempre está ahí y que nunca te abandona aunque tu lo hagas a veces. Un Dios que se define con una hermosa palabra: AMOR.

Soy nieto de Carmen, hijo de Loli, esposo de Mónica y padre de Tatiana: Cuatro mujeres,cuatro generaciones, una misma realidad. 

MI ABUELA.
Si busco en los recuerdos  de la niñez, encuentro a una abuela que siempre vio cuanto había de bueno en aquel travieso niño al que siempre justificaba diciendo : " el niño es bueno pero desinquieto". Siempre  tenía una sonrisa y un caramelo de nata para regalarme. Siempre tenía un sitio libre a su lado para sentarme y sentir su dulce calor.
 Con su agradable voz me contaba historias hermosas que siempre tenían una  moraleja. Me pedía que la acompañara  a misa y muchas veces recé con ella por las tardes. Mi abuela siempre rezaba por todos nosotros. Como mi padre la llamaba " Madre" y la trataba de usted, yo aprendi a quererla llamándola " Madre".  Aún hoy, 27 años después de su fallecimiento, la sigo echando de menos.

MI MADRE.
Mi madre tuvo muchísimo trabajo conmigo porque era realmente travieso. Siempre estaba haciendo trastadas. Me encantaba hacer hogueras y siempre que tenía unos céntimos los gastaba en fósforos para quemar cosas en cualquier sitio.
 Me dedicaba a jugar a la guerra tirando piedras a las pandillas que habían en el barrio y cuando le daba  a alguien en la cabeza, su madre iba a casa a dar las quejas a la mía y mi madre "sacaba a pasear la zapatilla".  De todos mis hermanos ( somos cuatro varones) yo fui el que mas gastó las zapatillas de mi madre, pero el mérito era sólo mío.
Esa madre que se desesperaba pensando qué saldría de aquel chiquillo travieso y que, a fuerza de zapatilla y mucha paciencia, enderezó, era también la que hablaba con los maestros en el colegio, la que se preocupaba de que hiciera los deberes, la que me llevaba al médico y se preocupaba de que no me faltara lo que necesitaba.
A pesar de merecer mucho carbón, mi madre le pedía a los Reyes Magos que me dejasen algo y sé que los Reyes Magos tuvieron que hacer  grandes esfuerzos para traerme un regalo porque la "cosa" no estaba bien y éramos muchos en casa. Mi madre se dejó parte de la vista haciendo colchas de ganchillo para que no faltara un juguete el día de reyes.
Mi madre ha sufrido con mi sufrimiento y se ha alegrado con mis alegrías. Siempre que la necesito  sé que está ahí.

MI ESPOSA
A mis hijos les digo que nunca me agradeceran lo suficiente por haber elegido tan bien a su madre. Mi esposa es un ejemplo de entrega. Cuando todos estamos cansados ella sigue en " la brecha". Siempre está pendiente de nuestras necesidades. 

Cuando alguno de mis hijos está enfermo no es capaz de dormir profundamente, pues cualquier ruido hace que se levante a ver como están y si no hay ruido, tambien se levanta a echar un vistazo.
Es la que se estruja la cabeza para que salgan las cuentas a final de mes. La que se pone la última en la lista de necesidades a cubrir. La que conoce mis defectos y los justifica. La que cada día, de múltiples maneras, me hace sentir amado. La que me hizo tomar conciencia de que las cosas que mas valoro en mi vida no me han costado dinero.
Mi esposa, mi compañera de viaje, mi mejor aliada en la aventura de ser padre.

MI HIJA

Seguro que mi hija Tatiana tambien desarrollara todas estas virtudes de mi abuela, mi madre y mi esposa, porque lo lleva grabado en su ser mujer.
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Mi padre, Vicente, me enseñó a respetar a las mujeres. Mi abuela, mi madre, mi esposa y mi hija me han enseñado a amarlas y admirarlas.
 Como voluntario de Cáritas Parroquial también he descubierto que son las abuelas y las madres las que vencen la vergüenza para ir a pedir alimentos para los " suyos". También son ellas las que no faltan a la visita en la cárcel para ver a sus hijos. Son ellas las que siempre están. Son ellas las que  se ponen las últimas de la lista en sus casas.

Toda esta experiencia de mi vida y "mis mujeres" han hecho que las vea como una fuente inagotable de amor desinteresado y por tanto, de entrega. 
Por todo ello, sin menospreciar a tantos padres buenos, me gusta imaginarme a Dios Amor como "MADRE DIOS"     

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